Ampliar la zona de aprendizaje para reducir el consumo de sal
Amigos y familiares tóxicos, con sus hábitos alimenticios poco saludables, pueden influir en nuestro consumo excesivo de sal. Su ejemplo nos refuerza en la creencia de que comer salado es normal.
Enfrentar la incomodidad es clave. Reducir la sal implica salir de la zona de confort, enfrentando el gusto por lo salado. Lee las etiquetas de los alimentos.
No saber tomar riesgos nos impide avanzar. Reducir la sal requiere asumir riesgos, como dejar de consumir ciertos alimentos. Busca alternativas saludables.
La falta de control nos hace vulnerables a la tentación. Crear situaciones de control, como planificar las comidas y llevar un registro de lo que comemos, nos ayuda a mantenernos en el camino correcto. Cocina tus propias comidas.
El miedo al fracaso nos paraliza. Es importante recordar que consumir sal en exceso en una ocasión no significa un fracaso total, sino una oportunidad para aprender y seguir adelante. Analiza tus errores y busca soluciones.
No ampliar la zona de confort nos mantiene en el círculo vicioso. Debemos buscar nuevas estrategias y herramientas para controlar el consumo de sal. Busca recetas con bajo contenido de sodio.
