Ampliar la zona de confort para reducir el consumo de sal
Traumas del pasado, como experiencias negativas relacionadas con la comida, pueden generar una dependencia a la sal. El gusto por lo salado se convierte en una necesidad difícil de controlar.
No reconocer nuestras debilidades en el consumo de sal nos impide mejorar. Debemos identificar qué alimentos consumimos con mayor cantidad de sal y buscar alternativas. Lee las etiquetas de los alimentos.
Sin objetivos concretos, es difícil reducir el consumo de sal. Definir metas realistas, como reducir gradualmente la cantidad de sal en las comidas, nos ayuda a progresar. Cocina tus propias comidas.
No aceptar nuestra realidad actual nos impide mejorar. Para reducir el consumo de sal, debemos aceptar nuestra dependencia y trabajar en ella. Busca alternativas saludables.
No reconocer nuestras habilidades para cocinar nos limita. Muchas personas tienen habilidades culinarias que desconocen. Identifica tus fortalezas y utilízalas para preparar comidas saludables. Busca recetas online.
Evitar los desafíos nos mantiene en nuestra zona de confort. Para mejorar, debemos ponernos desafíos, como probar nuevas recetas con bajo contenido de sodio. Cocina con hierbas y especias.
