Cómo construir una autoestima sólida (I)
La presión social nos bombardea con imágenes idealizadas de éxito y belleza, generando inseguridades y comparaciones constantes que minan nuestra autoestima. Esta necesidad de encajar puede hacernos sentir inferiores y poco valiosos.
Si no tenés una mentalidad de abundancia, vas a creer que solo hay espacio para unos pocos elegidos y que vos no sos lo suficientemente bueno. Cambiá el chip y entendé que todos tenemos talentos y habilidades únicas.
Concentrate en tus fortalezas y valorá tus logros. Un buen ejercicio es escribir cada noche tres cosas que te hayan hecho sentir orgulloso de vos mismo.
Cuando no estás seguro de alcanzar tus metas, cada crítica o comentario negativo se siente como una confirmación de tus inseguridades. Tené la certeza de que sos capaz de lograr lo que te proponés y que las opiniones de los demás no definen tu valor. Enfocate en tus objetivos y trabajá para alcanzarlos.
La falta de afirmaciones positivas te hace dudar de vos mismo y te predispone a la autocrítica. Cambiá el chip y empezá a valorarte. Decite a vos mismo «Soy valioso», «Soy capaz» o «Me amo y me acepto tal como soy». Un buen ejercicio es escribir cada mañana tres afirmaciones positivas sobre vos mismo.
Si no erradicás los pensamientos negativos, vas a interpretar cada error o fracaso como una prueba de tu incompetencia. Aprendé a identificar esos pensamientos y reemplazarlos por otros más positivos y constructivos. No te castigues por tus fallos y concentrate en aprender de tus errores.
Cuando no vencés tus miedos, el miedo al fracaso te paraliza y te impide tomar riesgos que podrían ayudarte a crecer y a fortalecer tu autoestima. Enfrentá tus miedos, salí de tu zona de confort y demostrate a vos mismo que sos capaz de superar cualquier obstáculo. Un buen ejercicio es proponerte un pequeño desafío cada día, como hablar en público o probar una nueva actividad.
