Cómo definir metas de inversión (I)

La presión social te bombardea con imágenes de riqueza y éxito financiero, lo que te hace sentir inseguro si no estás al mismo nivel. Esta comparación constante puede llevarte a tomar decisiones de inversión arriesgadas y poco informadas.

 

La falta de mentalidad de abundancia te hace creer que solo hay una forma de hacerse rico, y que si no la descubrís rápido, vas a perder oportunidades. Para usar la mentalidad de abundancia, entendé que hay muchas formas de invertir y generar riqueza.

 

Experimentá con diferentes estrategias y encontrá la que mejor se adapte a vos. Un buen ejercicio es investigar diferentes opciones de inversión y analizar sus riesgos y beneficios.

 

Si no tenés la certeza de que vas a alcanzar tus metas financieras, vas a sentirte frustrado y desmotivado. Visualizá tus objetivos como si ya los hubieras logrado. Sentí la seguridad de tener el control de tus finanzas y de alcanzar la libertad financiera. Esto te dará la fuerza necesaria para seguir invirtiendo con disciplina.

 

Sin afirmaciones positivas, vas a quedarte estancado en el miedo y la incertidumbre. Empezá el día repitiendo frases que te empoderen. Decite a vos mismo que sos capaz de invertir con éxito, que sos inteligente y que vas a alcanzar tus metas financieras. Un buen ejercicio es escribir tres afirmaciones positivas y repetirlas cada mañana.

 

No erradicar los pensamientos negativos te hunde en un pozo sin fondo. Cada vez que te encuentres pensando en negativo sobre tus inversiones, cambialo por uno positivo. Si pensás «voy a perder todo mi dinero», cambialo por «voy a invertir con inteligencia y precaución». Este simple cambio de perspectiva puede hacer una gran diferencia.

 

Si no vencés tus miedos, la inversión se va a convertir en una fuente de estrés y ansiedad. Identificá tus miedos y enfrentalos de a poco. Empezá por invertir pequeñas cantidades de dinero y andá avanzando. Cada vez que superes un miedo, te vas a sentir más seguro y confiado en tus decisiones financieras. Un buen ejercicio es elegir un miedo que quieras superar y crear un plan de acción para enfrentarlo.