Cómo hacerte mejor persona sirviendo al prójimo (IV)
No tener un objetivo de vida te hace sentir perdido y vulnerable a la influencia de los demás, lo cual dificulta encontrar una motivación genuina para servir al prójimo. Para hacerte mejor persona, definí tus metas a largo plazo y usalas como guía para tomar decisiones que te acerquen a tus valores y a tus deseos.
Si no tenés persistencia, vas a abandonar tus proyectos de servicio al prójimo ante la primera dificultad o crítica. Para hacerte mejor persona, mantené la motivación recordando tus objetivos, buscá un grupo de apoyo que te valore y no te rindas ante el primer desafío.
Cuando no centrás tus pensamientos en lo importante, te distraés fácilmente y te cuesta mantener la concentración en tus objetivos de servicio al prójimo. Para hacerte mejor persona, aprendé a meditar, a visualizar tus metas y a enfocarte en el presente para tomar decisiones que se ajusten a tus valores.
Si no tenés persistencia y resiliencia, vas a desanimarte ante los contratiempos y vas a abandonar tus proyectos de servicio al prójimo. Para hacerte mejor persona, aceptá que los errores y las críticas son parte del proceso y aprendé a superarlos.
Cuando no desarrollás aprendizaje, te estancás en tu zona de confort y te perdés la oportunidad de descubrir nuevas formas de servir al prójimo y de crecer como persona. Para hacerte mejor persona, investigá diferentes opciones, probá nuevas estrategias y no te conformes con lo que ya sabés.
Si no disfrutás del proceso, tu camino hacia el servicio al prójimo se convierte en una obligación y te resulta difícil mantener la motivación. Para hacerte mejor persona, buscá actividades que te diviertan, experimentá con nuevas técnicas y concentrate en los beneficios que te aporta el servicio a los demás.
