Cómo planificar tus comidas semanales (I)
La presión social te bombardea con imágenes de cuerpos perfectos y dietas milagrosas, haciéndote sentir que tenés que privarte de todo lo que te gusta para ser feliz. Esta idea te paraliza y te impide disfrutar de la comida de manera saludable.
Si no tenés una mentalidad de abundancia, vas a creer que solo las personas con mucho dinero pueden permitirse el lujo de comer sano. Para cambiar esto, reconocé que hay opciones económicas y nutritivas para todos los presupuestos. Buscá en libros sobre cómo desarrollar una mentalidad de abundancia.
La falta de certeza te hace dudar de si vas a ser capaz de mantener una alimentación saludable a largo plazo y te lleva a procrastinar o a comer cualquier cosa que encuentres a mano. Visualizá una vida llena de energía y vitalidad y repetite a vos mismo que sos capaz de cuidarte y nutrir tu cuerpo.
Si no te repetís afirmaciones positivas, es fácil caer en la autocrítica y el desánimo. Decite a vos mismo que sos una persona valiosa, que merecés comer sano y que vas a hacer lo posible por cuidar tu cuerpo.
No erradicar los pensamientos negativos te lleva a enfocarte en tus restricciones y a no disfrutar de la comida. Cuando te encuentres pensando «no puedo comer esto», cambialo por «voy a buscar una alternativa saludable y deliciosa».
Si no vencés tus miedos, vas a evitar probar nuevas recetas o alimentos por temor a equivocarte. Identificá tus miedos y enfrentalos gradualmente. Empezá por pequeñas acciones, como probar una nueva verdura o cocinar una receta sencilla.
