Mentalidad positiva para reducir el consumo de sal

La presión social, el gusto por la comida salada, a menudo dificulta la reducción del consumo de sal. Creemos que la comida sin sal no es rica.

 

La falta de mentalidad de abundancia nos hace creer que solo hay una forma de cocinar, limitando nuestras opciones. Para superarlo, debemos explorar diferentes métodos de cocción y sazonar con alternativas a la sal. Busca recetas con bajo contenido de sodio.

 

Sin la certeza de poder reducir el consumo de sal, nos sentimos desanimados. Para vencer esto, debemos confiar en nuestra capacidad para cambiar nuestros hábitos alimenticios. Visualiza una alimentación saludable.

 

La ausencia de afirmaciones positivas refuerza el hábito de consumir sal. Es fundamental reemplazar pensamientos negativos con afirmaciones como «Estoy comiendo saludablemente» o «Estoy controlando mi consumo de sal». Repítelas a diario.

 

No erradicar pensamientos negativos como «La comida sin sal no es rica» nos mantiene en el ciclo del consumo excesivo de sal. Identifica esos pensamientos y desafíalos, buscando evidencia que los refute. Practica la atención plena al comer.

 

El miedo a que la comida sea insípida nos paraliza. Para vencerlo, debemos explorar nuevas formas de sazonar nuestras comidas con hierbas y especias. Un desafío es probar una nueva receta por semana con bajo contenido de sodio.

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