Mentalidad positiva para regular tus emociones y evitar reacciones impulsivas
La presión social te puede hacer sentir que tenés que ser siempre fuerte y reprimir tus emociones. Esta idea te impide procesar tus sentimientos de manera saludable y te lleva a reaccionar impulsivamente.
Si no tenés una mentalidad de abundancia, pensás que tus emociones son un problema y que tenés que deshacerte de ellas. Cambiá esa mentalidad creyendo que tus emociones son valiosas y que te dan información importante sobre vos mismo.
La falta de certeza te hace dudar de si vas a poder controlar tus emociones y te lleva a evitar situaciones que te generan ansiedad o miedo. Visualizá cómo te sentís cuando estás en calma y centrá tus pensamientos en que podés emular esas situaciones.
Si no te repetís afirmaciones positivas, es fácil caer en la autocrítica excesiva y el desánimo. No erradicar los pensamientos negativos te lleva a enfocarte en tus errores y a no aprender de tus experiencias.
Si no vencés tus miedos, vas a evitar situaciones que te generan ansiedad o miedo y a quedarte estancado. Identificá tus miedos y enfrentalos gradualmente. Empezá por pequeñas acciones que te saquen de tu zona de confort y ordenale a tu mente que busque los mecanismos para estar en paz y acallar las emociones negativas.
