Ampliar la zona de confort para establecer metas realistas y alcanzables en tu entrenamiento

Traumas del pasado no resueltos, como experiencias de lesiones o fracasos deportivos, pueden generar miedos y limitaciones que dificultan el establecimiento de metas realistas en el entrenamiento. Estas experiencias pueden crear una barrera emocional que impide el progreso.

 

Si no reconocés tus debilidades físicas, es difícil establecer metas realistas. Reconocer esas debilidades te permite adaptar tu entrenamiento. Identificá tus limitaciones y buscá ejercicios que te ayuden a fortalecer tus puntos débiles.

 

Sin objetivos concretos, el entrenamiento se vuelve algo vago e ineficaz. Determinar objetivos concretos te permite crear un plan realista. Fijate metas específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo definido (SMART).

 

Negar la realidad de tus limitaciones te impide progresar. Aceptar tu realidad te permite buscar soluciones. Sé honesto con vos mismo sobre tus capacidades y busca la ayuda de un profesional si lo necesitas.

 

Si no reconocés tus habilidades físicas, te resultará difícil motivarte. Reconocer tus habilidades te da confianza. Identificá tus fortalezas y utilizalas para alcanzar tus metas.

 

Si no te ponés desafíos, no crecerás. Ponerte desafíos te impulsa a crecer. Proponete desafíos que te saquen de tu zona de confort y te permitan desarrollar tu potencial lenta pero progresivamente.

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