Ampliar la zona de confort para regular tus emociones y evitar reacciones impulsivas
Los traumas del pasado no resueltos pueden hacer que reacciones de manera exagerada ante situaciones que te recuerdan a experiencias negativas. Esto te impide controlar tus emociones y te lleva a actuar impulsiva e imprudentemente.
No reconocer tus debilidades te impide buscar ayuda para manejar tus emociones. Para resolver esto, identificá cuáles son tus puntos débiles y buscá un terapeuta que te guíe.
Si no determinás objetivos concretos, vas a reaccionar de manera automática ante las situaciones, sin pensar en las consecuencias. Definí qué tipo de persona querés ser y cómo querés reaccionar ante diferentes situaciones.
No aceptar tu realidad para mejorarla te lleva a negar tus emociones y a no hacer nada para cambiarlas. Analizá tus reacciones, identificá qué las desencadena y desarrollá estrategias para manejarlas.
Si no reconocés tus habilidades, vas a subestimar tu capacidad para controlar tus emociones. Hacé una lista de tus logros y habilidades, y utilizalos como base para construir una mayor confianza en vos mismo.
No ponerte desafíos te estanca y te impide crecer emocionalmente. Exponete gradualmente a situaciones que te generen ansiedad o miedo, y aprendé a manejarlas de manera efectiva. Investigá en la web sobre como ponerte desafíos emocionales.
