El entrenamiento a tu medida
Empezar a entrenar con ganas, pero terminar quemando las zapatillas antes de la semana, es algo que le pasa a más de uno. Nos proponemos metas imposibles, nos exigimos demasiado y terminamos frustrados, abandonando el objetivo antes de empezar a verlo.
La clave está en empezar de a poco, con objetivos chiquitos y alcanzables. En vez de querer correr una maratón el primer día, empezá por caminar quince minutos. Después, aumenta el tiempo gradualmente. Escuchá a tu cuerpo, descansá cuando lo necesites y celebrá cada pequeño triunfo.
Si te manejás con metas realistas, vas a ver que entrenar se transforma en un hábito, no en una tortura. Vas a disfrutar del proceso, vas a sentirte mejor físicamente y mentalmente, y vas a lograr tus objetivos sin agotarte. El éxito está en la constancia, no en la intensidad.
