Ampliar la zona de confort para diseñar un plan de entrenamiento efectivo para tus objetivos

Los traumas del pasado no resueltos pueden hacer que tengas una relación conflictiva con tu cuerpo y que te sientas inseguro al hacer ejercicio. Esto te impide buscar ayuda profesional y te lleva a seguir rutinas poco efectivas.

 

No reconocer tus debilidades te impide buscar ayuda para mejorar tu entrenamiento. Para resolver esto, identificá cuáles son tus puntos débiles y buscá un entrenador personal o un terapeuta que te guíe.

 

Si no determinás objetivos concretos, vas a sentirte perdido y sin rumbo. Definí qué querés lograr con tu entrenamiento, ya sea perder peso, ganar masa muscular o mejorar tu resistencia.

 

 

No aceptar tu realidad para mejorarla te lleva a negar tus problemas y a no hacer nada para cambiar.

 

Si no reconocés tus habilidades, vas a subestimar tu potencial y no vas a aprovechar al máximo tus fortalezas. Hacé una lista de tus logros y habilidades, y utilizalos como base para construir un plan de entrenamiento efectivo.

 

No ponerte desafíos te estanca y te impide crecer como persona. Exponete gradualmente a situaciones que te generen ansiedad o miedo, y aprendé a manejarlas de manera efectiva.

 

Buscá en la web rutinas de entrenamiento hasta hallar una que te agrade pero siempre consultando con un médico.